Hace
unos días leí una entrevista que le hicieron a Claire
Damon —una de mis pasteleras favoritas— donde decía que no le gustaba el
chocolate. Por las dudas, releí todo el párrafo y había leído bien. De
golpe, me sentí menos sapo de otro pozo. A mí no es que no
me guste, pero es el último ingrediente en el que pienso cuando preparo algo
que voy a comer yo; sobre todo si es una torta.
La cosa es que cada tanto hago algo con chocolate porque a A le gusta más que a mí y también, supongo, para darnos al chocolate y a mí otra oportunidad. Así fue como preparé
este flan que resultó ser una delicia por su textura, sabor y color. Y como, justamente, tiene chocolate, con 3 huevos no solo se sostiene perfectamente sino que queda bien sedoso y compacto.
Para volver a hacer, sin dudas.
Flan
de chocolate y cardamomo
receta
adaptada del libro La Tartine
Gourmande de Béatrice Peltre
Salen
6 flancitos poderosos
Ingredientes
Para
el caramelo
Azúcar
común 100 g
Agua
fría 2 cucharas soperas
Agua
caliente 1 cuchara sopera
Para
el flan
Leche
entera 530 ml
Chaucha
de vainilla 1 (o 1 cuchara de té de esencia)
Semillas
de cardamomo verde con la cáscara 5 (yo usé 9)
Chocolate
cobertura amargo 90 g
Huevos
grandes 3
Azúcar
rubio 2 cucharas soperas
Cacao
amargo en polvo para decorar (yo no usé)
Preparación
Para
el caramelo
Calientan
el azúcar y el agua fría en una cacerolita o hervidor de fondo grueso, moviendo
cada tanto en forma circular, pero sin revolver. Llevan a hervor y, luego,
siguen cocinando a fuego moderado. Cuando el caramelo se ve dorado medio, no
muy oscuro, retiran del fuego y añaden el agua caliente, revolviendo
rápidamente (con cuidado que está muy caliente y genera un poco de vapor).
Vierten el caramelo en los moldes y reservan.
Para
el flan
En
un hervidor o cacerolita, colocan la leche, la chaucha de vainilla y sus
semillas y las semillas de cardamomo machacadas. Llevan a hervor, retiran del
fuego y añaden el chocolate picado, revolviendo rápido para que se derrita de
forma pareja. Tapan y dejan reposar durante 20 minutos. Pasado este tiempo,
cuelan la infusión, para descartar la chaucha de vainilla y la cáscara del
cardamomo. Si van a usar esencia, este es el momento para añadirla.
Por
otro lado, baten los huevos y el azúcar con
tenedor (si quieren que les
quede bien liso y sin burbujitas) durante 1 minuto. Añaden la infusión y
revuelven rápidamente. La vierten en los moldes (yo, además, antes de pasarla a
los moldes, la colé con un colador de malla fina) y cocinan a baño de María
durante 50 minutos aproximadamente en horno precalentado a 150 °C.
Recuerden
que es necesario sentar los moldes sobre una hoja de papel de cocina, sobre la
asadera y que, para el baño de María, el agua tiene que estar caliente pero no
hirviendo y debe llegar casi a la mitad del molde.
Una
vez listos, los retiran del horno y los dejan enfriar por completo. Luego, los
cubren con film y los llevan a la heladera durante 6 horas o, preferentemente,
toda la noche.
Para desmoldarlos fácilmente,
pasan la hoja de un cuchillo de punta redonda entre el flan y el borde del
molde; lo dan vuelta sobre el plato y agitan un poquito manteniendo unidos
plato y molde.